La obra maestra de un italiano, Antonio Marrare, que abrió
cuatro cafés en la Lisboa de principios del siglo XIX, dos de los cuales
alcanzaron una considerable fama gracias, precisamente al éxito de este curioso
plato. No hay duda: es uno de esos guisos de la cocina clásica, marcada por la
omnipresencia de la crema y la manteca.
INGREDIENTES (para 6 personas)
·
6
bifes de lomo o solomillo de unos 250 g
·
6
cucharadas (soperas) de crema liquida
·
9
cucharadas (soperas) de manteca
·
3
dientes de ajo grandes
·
Pimienta negra molida y sal
PREPARACION
1.
Machacar
los dientes de ajos en un mortero hasta reducirlos a una pasta. Frotar con
ellos la carne, a la que habremos dado unos golpes con la hoja de un cuchillo
grande y pesado.
2.
Calentar
la mitad de la manteca en una sartén grande de fondo grueso, dorando, a fuego
fuerte los bifes, de 2 en 2, por un solo lado. Aderezar con sal y pimienta y
reservar en una fuente.
3.
Incorporar
la manteca restante a la misma sartén, añadir la crema, mezclar bien desglasar
el fondo de la sartén y dejar hervir hasta reducir a la mitad de su volumen,
condimentar con sal y pimienta recién molida.
4.
Devolver
los bifes a la sartén y cocinar, 2 ó 3 minutos más hasta que estén al punto
deseado. Servir inmediatamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario